viernes, 3 de mayo de 2013

MEDITACIÓN, EL PRIMER PRINCIPIO DE VIDA - OSHO


Meditación, el primer principio de la vida.
El hombre nace para vivir la vida, pero puede perdérsela; todo depende de él. Puede respirar, puede comer, puede envejecer, puede caminar hacia la tumba, pero eso no es vivir. Es una muerte gradual de la cuna a la tumba, una muerte gradual de setenta años. Y debido a que a tu alrededor hay millones de personas muriéndose gradualmente, muriéndose lentamente, empiezas a imitarlas. Los niños aprenden todo de las personas que les rodean, y estamos rodeados de muerte. Así que primero habrá que entender lo que quiero decir con vivir la vida. No consiste solamente en hacerse viejo. Consiste en hacerse mayor, en crecer. Envejecer y crecer son dos cosas diferentes. Cualquier animal es capaz de envejecer; crecer es el privilegio de los seres humanos. Pero solamente unos pocos ejercen su derecho.
Crecer significa adentrarse cada vez más profundamente en el principio de la vida momento a momento; significa distanciarse de la muerte, no adentrarse en la muerte. Cuanto más profundamente te adentras en la vida, tanto más percibes la inmortalidad inherente en ti. Te distancias de la muerte; llega un momento en que puedes ver que la muerte no es otra cosa que un cambio de atuendo, un cambio de casa, un cambio de forma; nada muere, nada puede morir. La muerte es la mayor ficción.
Para crecer, simplemente mira un árbol. A medida que el árbol crece hacia arriba sus raíces crecen más profundamente hacia abajo, más hondo. Hay un equilibrio: cuanto más se eleva el árbol, más profundas son sus raíces. No puede existir un árbol de cincuenta metros de altura que tenga raíces pequeñas; no podrían sostener a un árbol tan grande. En la vida, crecer significa profundizar en ti mismo: es ahí donde están tus raíces.
Para mí, el primer principio de la vida es la meditación. Todo lo demás es secundario. Y la infancia es el mejor momento. A medida que envejeces te acercas a la muerte y resulta más y más difícil adentrarte en la meditación. Meditación significa adentrarte en tu inmortalidad, adentrarte en tu eternidad, adentrarte en tu divinidad. Y el niño es el ser más capacitado, porque todavía no está saturado de conocimientos, de religión, de educación, de toda clase de impurezas. Es inocente. Pero desafortunadamente su inocencia ha sido tachada de ignorancia. La ignorancia y la inocencia tienen una similitud, pero no son lo mismo. La ignorancia es, al igual que la inocencia, un estado de desconocimiento. Pero hay una gran diferencia que hasta ahora la humanidad ha pasado por alto. La inocencia no es erudita, pero tampoco desea ser erudita. Es absolutamente feliz, plena...
El primer paso del arte de vivir es crear una línea de demarcación entre la ignorancia y la inocencia. La inocencia tiene que ser alentada, protegida, porque el niño trae consigo el mayor tesoro, el tesoro que los sabios encuentran tras arduos esfuerzos. Los sabios dicen que se han vuelto niños otra vez, que han renacido..


Osho

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