La autovaloración y la confianza del niño son factores que conforman la propia imagen que le mantendrán motivado y, además, se escuchará a sí mismo. La autovaloración es la imagen que el niño tiene de sí mismo a partir de la que hacen de él personas importantes de su entorno.
El hecho de que el niño tengo un elevado grado de confianza en sí mismo provocará que éste sea capaz de ponerse a prueba y de que no tema al fracaso. Y si el niño cometiera un error, lo integrará como una herramienta de aprendizaje. El niño se sentirá motivado y adquirirá seguridad en sí mismo a medida que haga cosas en el proceso de la vida.
Para motivar a los niños, podremos:
Estimularlo para que se atreva a correr riesgos desde una perspectiva cabal en lugar de tomar siempre la vía segura. Esta es una forma excelente de incentivarlo a que aprenda a experimentar y haga cosas que nunca había hecho antes.
Enseñarle que no hay que centrar la importancia en las señales externas del éxito pues la autoestima y la motivación son factores que van unidos de la mano y que no dependen del exterior, sino del interior. De esta manera, cuando un niño se convierte en adulto, puede llegar a ser un líder por su propia valía y no estar condicionado o limitado por la aprobación de los demás.
Enseñarlo a no quejarse de sí mismo, a no juzgar ni criticar y a ser sensible y receptivo a su entorno y a los demás.
Fomentar que no se critique a sí mismo, que no se asuste con sus pensamientos negativos y que aprenda a responsabilizarse en lugar de a culpabilizarse.
Indicarle que tenga paciencia consigo mismo y que esto requiere tiempo.
Ayudarle a crear una imagen positiva de sí mismo y a ser asertivo o marcar límites razonables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario